jueves, 23 de octubre de 2014

 BUITRAGO DEL LOZOYA

Este fin de semana del 19 al 21 de septiembre de 2014 me fui a Buitrago del Lozoya, que está en la sierra de Madrid. Como todos los años era una reunión familiar con mis primos y mis tíos de Madrid.
  

Se llama Buitrago porque era un lugar de buitres (Vulturius-aco); se le atribuyen distintos nombres:
Litrabo, Bitrablo, Butarec y Buk Tareco. Del Lozoya por el río que hace un meandro alrededor del pueblo y sirve de foso natural para su muralla.
El viernes 19 por la noche me junté con mis primos y con mis tíos, nos alojamos en un colegio. La cena era bufet libre y comimos muchísimo. Después tuvimos un rato de fiesta todos juntos en un saloncito del colegio.


El sábado 20 fuimos a comer al molino de la Hiruela.Este molino esta situado a la orilla del río Jarama, frontera natural entre Madrid y Guadalajara.
  


Después fuimos a dar una vuelta por Buitrago, visitamos la iglesia que fue completamente incendiada en la guerra civil y reconstruida por unos niños ¿problemáticos? de una escuela creada por el cura.
  
 
También vimos una catapulta y nos subimos a la muralla, sobre la que dimos la vuelta entera al pueblo, pasando por el llamado camino de ronda, desde el que vigilaban los centinelas.
  


Por la noche dos primas y yo dimos un concierto. Ellas tocaban el clarinete y yo la guitarra.
  

El domingo 21 fuimos al


Por aquí también pasa el río Jarama y vimos a gente que estaba en Guadalajara. Este hayedo es muy pobre comparado con los de aquí, pero para ellos es muy importante porque no hay hayedos en ese clima. En realidad es un robledal con cuatro hayas mal contadas. No me gustó porque lo tienen cerrado, mi tío se enfadó y no entró porque no entiende que pongan puertas al monte. Solo dejan entrar a las personas de veinte en veinte cada hora y es un rollo porque no te dejan hacer nada ni se ven animales como aquí. Lo que sí tenían era un boletus gigante.
  

También encontré cosas curiosas como estos dos troncos.



Al terminar la visita volvimos al colegio, comimos y nos despedimos hasta el próximo año, que nos toca preparar el encuentro familiar a nosotros aquí en La Rioja. Seguramente será en Laguna de Cameros, donde abundan las hayas.